Iglesia Colonial San Francisco de la Montaña en Panamá

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 San Francisco de la Montaña, una población de alrededor de dos mil habitantes, y escondido entre las montañas de Veraguas, no cuenta con un supermercado un centro de recreo o una sala de cine, pero en su plaza central se encuentra, no majestuosa, pero si hermosa, una iglesia pequeña que compone una de las más importantes herencias artísticas de la época colonial.

Con apenas 26 metros de largo por 12 de ancho la iglesia de San Francisco de la Montaña, por cuyas dimensiones la pudieran considerar una capilla. Cautiva cada año a miles de visitantes y turistas, deseosos y maravillados de observar sus nueve majestuosos altares, su púlpito de madera tallada y conocer, además, un poco de la historia e identidad.

Sus Altares

Los altares fabricados en madera fina y cubiertos por partes en oro de 23 kilates, representan efigies de santos, dragones y follaje abundante, cariátides, escenas bíblicas. “Es uno de los conjuntos de altares más teatrales que he visto”, explica Ángela Camargo, una restauradora mexicana que en dos ocasiones ha salvado la iglesia y todo su inmobiliario del olvido y que ella conoce de memoria, cada centímetro de la iglesia.

Ángela llegó por primera vez a San Francisco de la Montaña en la década de los 70, acompañada por la doctora Reina Torres de Araúz, con estudios de restauración y escultura en Florencia, Italia, y una amplia experiencia en edificios e iglesias de la época colonial latinoamericana.

Índice
  • ¿Por qué una iglesia tan bien trabajada en un lugar tan antiguo?
  • Historia de la Iglesia Colonial San Francisco de la Montaña 
  • ¿Por qué una iglesia tan bien trabajada en un lugar tan antiguo?

    Por muchísimos años se ha especulado sobre los motivos que llevó a los colonizadores españoles a edificar una iglesia tan elaborada en un poblado tan antiguo.

    La doctora Reina Torres de Arauz en un determinado momento, nombró a la iglesia “un prodigio de manifestación estética y fe cristiana” y se preguntó “¿cómo era posible que se hubiera producido en este apartado rincón de la geografía istmeña?”.

    Hay personas que afirman que realmente no es una iglesia, sino una capilla privada que fue construida en terrenos pertenecientes a un rico hacendado. Pero a decir verdad es que existen infinitos testimonios escritos donde explican perfectamente la razón de ser de esta hermosa iglesia.

    Historia de la Iglesia Colonial San Francisco de la Montaña 

    Los documentos históricos han permitido saber, que la primera iglesia de San Francisco de la Montaña se comenzó a edificar por Fray Adrián de Santo Tomás en el año 1630, cuando San Francisco solo era un pequeño grupo de chozas de paja que contaba con aproximadamente con una población de 30 indígenas.

    Pero la población fue creciendo. En el año 1661, ya contaba con 50 habitantes. En 1736, se convirtió en un pueblo más grande, con más de 100 casas y 800 habitantes aproximadamente. Para 1756, ya contaba con 2.277 habitantes, un sacristán mayor, 2 curas, 33 esclavos, 208 familias indígenas, 28 pobladores españoles y mestizos.

    Se estima que fue en el año 1773 que se comenzó a construir los majestuosos altares y que el periodo de grandiosidad de la iglesia llegaría posiblemente entre los años 1864 y 1865. Años en el que San Francisco de la Montaña se convirtió en la capital de Veraguas. En cumplimiento de una ley decretada por el Coronel Vicente Olarte Galindo.

    Pese a su poca población y lo lejos de los principales centros urbanos, San Francisco de la Montaña se destacaba siempre por sus tierras fértiles y por su espectacular cercanía a las minas ricas en oro veragüenses.

    La iglesia católica conservaba enormes campos de cultivos en esa zona, también, cientos de cabezas de ganado. Se diseñaron los altares de la iglesia de una manera majestuosa, con los que se buscaba impresionar a los aborígenes y adoctrinarlos en la fe.

    Remodelaciones

    Los altares fueron también un inmobiliario de uso constante y, como tal, se fueron maltratando. Aunque, la iglesia fue nombrada “Monumento Nacional” en al año 1937 y se le realizaron algunas reparaciones para conservarla, reconstruyendo algunas de sus paredes que ya estaban en ruinas. Las obras no se realizaron bien y, en la madrugada del 2  de noviembre de 1944, se derrumbó el campanario. El resto de la iglesia habría terminado en ruinas completamente, de no haber sido por la doctora Reina Torres de Araúz con su increíble intervención.

    Panamá recupera su patrimonio cultural  

    El infinito interés por la iglesia de San Francisco de la Montaña no es un hecho aparte. En la actualidad, bajo la tutela de la empresa privada, se han realizado muchísimos esfuerzos por conservar y recuperar el patrimonio histórico. El proceso de renovación comenzó en la década de los 90. Cuando un grupo de comprometidos panameños, nietos y biznietos de los viejos residentes del Casco Antiguo. Estos se motivaron a invertir en la renovación de apreciables propiedades que se encontraban en el abandono. Debido al notable interés de los ciudadanos, el gobierno estableció la Oficina del Casco Antiguo, que se encargaría de los lineamientos arquitectónicos de la región.

    Conjuntamente, nació como otra opción privada el Patronato de Panamá Viejo. El cual se dedica a rescatar las ruinas de la primera ciudad edificada en el litoral pacífico americano.

    Más reciente, el INAC invirtió varios millones de dólares para la recuperación de obras como:

    Estas tres fueron remodeladas por la doctora Ángela Camargo. Dicho interés se ha basado fuertemente para fomentar el turismo, que sin duda genera ingresos para el país.

    El lamentable derrumbe del Arco Chato, en el año 2003, en el Casco Antiguo, el siete de noviembre en la noche, manifestó la gran necesidad de mayores medidas preventivas. Favorablemente, se reformó, para el disfrute total de las nuevas y próximas generaciones de panameños.

    Ver más:

    1. jose palacio dice:

      San Francisco de la Montaña. conclusión

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